El 5 de mayo de 1945 cinco días después del suicidio de Adolf Hitler, se producía en Itter, un pequeño pueblo de Austria, la que es considerada la batalla más extraña de toda la Segunda Guerra Mundial. La toma del Castillo de Itter pasó a la historia por ser la única batalla en la que americanos, franceses y soldados alemanes de la Wehrmacht lucharon juntos durante todo el conflicto.
Situado en la cima de una colina en el Tirol austriaco, el Castillo de Itter es un pequeño castillo medieval que se remonta al siglo XIII. No se trata de una construcción muy impresionante ni resalta por su belleza en una zona bien dotada de palacetes, aunque si es notable por su difícil acceso y por la solidez de sus muros.Tras el Anschluss (la anexión de Austria a la Alemania Nazi) el Castillo de Itter pasó fue alquilado por el gobierno alemán a su propietario, Franz Gruner hasta que el 7 de Febrero de 1943 fue expropiado por el Teniente general de las SS Oswald Pohl por orden directa de Heinrich Himler. La transformación del castillo en un campo de prisioneros fue terminada el 25 de abril de 1943, y la instalación dependía administrativamente del campo de concentración de Dachau (aunque las dependencias en las que se encarcelaban a los detenidos y sus condiciones no eran comparables a Dachau).
La prisión fue utilizada para albergar prisioneros de alto valor para el Reich, algunos de los personajes que estuvieron cautivos entre sus muros fueron el exprimer ministro Édouard Daladier; el también ex primer ministro francés Paul Reynaud; los generales Maurice Gamelin y Maxime Weygand; Jean Borotra (un campeón de tenis francés); el líder del movimiento de derechas Croix de Feu; el ex presidente de la república Albert Lebrun; y MarieAgnès de Gaulle, miembro de la resistencia francesa y hermana del general Charles de Gaulle.
Poco o nada notable sucedió durante la estadía de los prisioneros, aparte de que se quejaban constantemente de las deficiencias de las instalaciones, después de todo, personajes de alto calibre esperaban un mejor trato. Pero en los convulsos días finales de la guerra, tanto carceleros como presos dudaban cuál sería el siguiente paso, para no arriesgar la vida tan cerca de la línea de meta.
Tras la caída de Berlín y el suicido de Hitler el 30 de abril de 1945 se precipitaron los acontecimientos. El 2 de mayo se suicidaba también Eduard Weiter, el último comandante de Dachau, y el 4 de mayo de 1945, Sebastian Wimmer, comandante de la prisión de Itter huía junto con los guardias de las SS que quedaban en el castillo. Los prisioneros tomaron el control del castillo de Itter y se armaron con las armas que quedaron.
El problema fue que la información llegó a una unidad de las Waffen SS, en retirada desde Munich, y que recibió la orden de retomar el castillo y fusilar a sus huéspedes. Dos días antes, Zvonimir Cuckovic, miembro de la resistencia yugoslava y encarcelado también en el castillo de Itter, había huido buscando la ayuda de los aliados. En su huida se encontró con la 103 división de infantería estadounidense muy cerca de Innsbruck, informándoles del castillo y los prisioneros que aún quedaban allí.
A los americanos se les sumaron una fuerza inesperada, el Mayor Josef Gangl, quien estaba al mando de una unidad de soldados de la Wehrmacht y que había estado colaborando con la resistencia de Austria frente a los nazis en los últimos días de la guerra. Gangl tenía la intención de liberar a los prisioneros por su cuenta, sin embargo decidió rendirse a los americanos.
Los americanos planearon el rescate de las personalidades francesas. El hombre encargado de dirigir la misión sería el teniente John C. “Jack” Lee, quien contaría con 14 soldados estadounidenses, dos tanques Sherman, un vehículo militar Volkswagen Kübelwagen y un camión de transporte con 10 soldados alemanes y el Mayor Josef Gangl. En el camino derrotaron a un pequeño grupo de tropas de las SS que intentaban establecer un puesto de control y dejaron atrás uno de los Sherman para defender un puente.
Según las crónicas, los franceses agradecieron la fuerza de rescate cuando llegó al castillo, sin embargo no pudieron ocultar su decepción por tratarse de una fuerza que consideraron muy reducida. Sea como fuere, Lee colocó a todos los hombres bajo su mando en posiciones defensivas alrededor del castillo y el tanque Sherman que le quedaba (llamado “Besotten Jenny”) en la entrada principal. Lee ordenó también a los prisioneros franceses que se escondieran y permaneciesen al margen de la batalla, sin embargo no acataron los órdenes y los prisioneros franceses, incluidas las mujeres, lucharon junto a los soldados americanos y alemanes de la Wehrmacht.
En la mañana del 5 de mayo de 1945 una veterana fuerza de las Waffen SS (17 división de granaderos Panzer) comenzó a atacar el castillo con la misión de recuperarlo y ejecutar a los prisioneros. Poco antes de comenzar el ataque, Josef Gangl pudo telefonear a Alois Mayr, el líder de la resistencia austriaca en Itter para solicitarle refuerzos. Mayr se dirigió rápidamente en su ayuda junto con dos soldados alemanes bajo su mando y Hans Waltl, otro miembro de la resistencia austriaca.
El combate se alargó durante toda la mañana sin que la situación cambiara mucho, hasta que el disparo de un arma antitanque de 88 mm acabó con Besotten Jenny y sirvió de señal para que las tropas atacantes presionaran. Mientras tanto, los refuerzos del Mayor Kramer del 142 regimiento de infantería norteamericana se acercaban, pero no estaban seguros de la situación del castillo y mucho menos del número de atacantes, por lo que su avance era muy lento.
Lee se dio cuenta que la munición de los defensores escaseaba y decidió aceptar la oferta de Borotra de salir del castillo para ir a buscar al Mayor Kramer. En un momento de heroísmo puro, el que fuera el primer ganador de Wimbledon de habla no inglesa, cruzó 40 metros de campo abierto en un momento en el que el fuego se había reducido, esquivó a varias unidades de las SS en el bosque y logró llegar hasta la localidad de Wörgl, donde le esperaba Kramer. Borotra guió a los norteamericanos por las sinuosas calles evitando encuentros no deseados.
De vuelta en el castillo, Lee sabía que en cualquier momento se les acabaría la munición y preparó a todos para luchar con su bayonetas y hasta “con los puños” si hiciese falta. Los primeros hombres de las Waffen SS estaban ya a las puertas del castillo preparando un cañón antitanque para derribarla, pero en ese momento escucharon el inigualable sonido de las armas automáticas de los yanquis y un alemán, que desde dentro del castillo gritaba – Amerikanische Panzer!- obteniendo gritos de júbilo de sus sitiados compañeros, y a la vez consiguiendo que los atacantes pusieran pies en polvorosa. La batalla había terminado.
El teniente Jack Lee fue condecorado con la Cruz al Servicio Distinguido por su defensa del castillo y ascendido a Capitán. Josef Gangl murió durante la batalla debido a una bala de un francotirador pero fue honrado como héroe nacional en Austria y una calle en la ciudad de Wörgl lleva su nombre.
La batalla del Castillo de Itter es considerada popularmente como la batalla más extraña de la Segunda Guerra Mundial siendo la única batalla en la que alemanes y estadounidenses lucharon juntos como aliados durante toda la guerra. Es también la única batalla en toda la historia de Estados Unidos en la que defendieron un castillo medieval.
Soundtrack (CC BY-NC 3.0):
Russian Red Army Choir – It’s a long way to Tipperary
Ruin roads – Walk with you
Soundtrack (CC BY 3.0):
_ghost – Reverie (small theme)
Ivan Chew – I have often told you stories
Onlymeith – Quiet rain
Pitx – Chords for David
Doxent – Forgotten land
Snowflake – Ethereal space
Kirkoid – Space bazooka
Gurdonark – Plains
Ivan Chew – Nanyang journey
Flatwound – The long goodbye
Pitx – Hidden blues
Javolenus – Ianiscus
_ghost – Two swords
Alxd – Epic trailer 2
Stephane Lorello – Epic fantasy
Peritune – Material epic
Marc Fussing Rosbach – Epic greenland – Hourglass
Alex Beroza – Improvisation on friday…
Ivan Chew – Dark woods II
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